El faro de la Isla Caja de Muertos está situado en la
cúspide de esta isla a ocho millas de Ponce y cuya apariencia recuerda un viejo
ataúd.
En
febrero de 1883 se aprobó la construcción de este faro de tercer orden para
iluminar el canal costero y servir de recalada de los barcos que se acercaran
por aquella zona. Se construyó pues en el punto más alto y céntrico de la isla.
Los españoles empezaron a construirlo en mayo de 1883 y terminaron el 29 de
abril de 1887. Entró en servicio por
primera vez el 15 de agosto de ese
mismo año.
Foto obtenida de la página:
https://plus.google.com/107579344781316619569/posts/9wvTE9vEs6n
Feliciano Alonso, 1895
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Fue diseñado por Manuel Maese y es
de estilo neoclásico. El edificio se pintó de azul
pálido con detalles blancos y zócalo negro y mide 81 pies de largo por 51 pies
de ancho. Es
único entre todos los otros faros de Puerto Rico por su inusual Cruz de Lorena
, de doble brazo , tipo T. Contaba con una torre de sección
circular de 12 metros de altura pero tras el cambio de alumbrado aumentó la
altura hasta los 19 metros. Detrás de la torre estuvo el
almacén de combustible, que ventilaba por una persiana redonda. El
faro era gestionado por dos torreros: Severo del Olmo y César Prieto que
estuvieron trabajando hasta que el faro fue modernizado por los estadounidenses
en 1945 con un sistema de iluminación automático. El abastecimiento del faro se
hacía desde la Playa de Ponce.
El lente de tercer orden, que
proyectaba su luz a dieciocho millas de distancia fue fabricado por Sautter, Lemonnier & Company de Francia. En
cuanto a la óptica, el faro tenía cuatro paneles catadióptricos de luz fija y
tres lentes anulares intercaladas. Su
luz alcanza un destello de 18 millas náuticas. Pero fue
sustituido en el 1945 por un lente fijo de 500 mm. Hoy la luz es producida por una
lámpara plástica alimentada por celdas solares. El faro fue automatizado y sus
ventanas fueron tapiadas en el 1968 sin que se hubiese alterado
significativamente la estructura. La balaustrada de la torre no es original. En
1981 el faro fue cedido al Departamento de Recursos Naturales.
Aunque la ubicación remota lo ha protegido del vandalismo que
han sufrido otros faros, su deterioro debido al abandono es evidente. El techo,
por ejemplo, tiene un hueco grande por donde penetra agua de lluvia, la alta
humedad en el interior seguramente ha deteriorado las vigas del techo y otros
elementos de la estructura. Es lamentable, como un elemento tan importante en
nuestra historia esté en total abandono. Las autoridades pertinentes deben
tomar cartas en el asunto y preservar este monumento tan valioso.
Para
llegar al faro es necesario emprender una larga caminata de aproximadamente 30
minutos por terreno seco, plano y cómodo. Luego, hay que tomar un corto, pero
empinado sendero hasta la cima, situada a 300 pies sobre el nivel del mar. Este
último tramo toma cerca de 15 minutos adicionales, dependiendo de sus
habilidades físicas. Les aconsejo ir con ropa ligera, zapatos cerrados y cómodos y al menos dos botellas de agua por caminante. También les
recomiendo aplicarse bloqueador solar y repelente de insectos. Aunque puedes
ascender solo o con su grupo, es aconsejable notificarlo a los vigilantes del
DRNA. Al llegar, la velocidad de viento fluctúa entre 15 y 20 millas por hora y
el paisaje es impresionante. El trayecto vale la pena, les prometo será toda una aventura.
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